Informe económico del mes de Agosto
Durante el mes de julio, se dio a conocer el nivel general de actividad general según estimaciones de la consultora Orlando Ferreres. En relación a esta información, estimamos que la economía se ha contraído un 5,8% desde que comenzó el año, proyectando para el 2009 una caída cercana al 3% en el nivel de actividad.
Comparado con años anteriores de sostenido crecimiento, esta situación pone en evidencia una menor cantidad de dinero en el bolsillo de los argentinos, afectando directamente el consumo y el empleo.
Detrás de los números globales, la explicación en el deterioro en la actividad radica mayormente en que la producción industrial se contrajo un 9,5% en el período comprendido entre julio del 2008 y julio del 2009. Sin embargo, estimamos una recuperación progresiva para fines de este año en base a una recuperación general de la economía mundial y un aumento en la demanda agregada por parte de la economía brasilera. En este sentido, recién para inicios de 2010, las expectativas de una economía en recuperación serán percibidas en las calles a través de mayores niveles de consumo.
La dinámica del comercio exterior y los números para julio nos permiten una fotografía más completa de la situación. Dada la dependencia argentina de las condiciones de los mercados externos, creemos que la evolución de las importaciones así como de las exportaciones juegan un factor clave a la hora de explicar el crecimiento.
El mes de julio cerró con un superávit comercial de USD 1.315 millones, un 30% más que en julio del 2008. La caída en el valor total de las exportaciones en la comparación interanual se contrajo (alrededor del 30%, las importaciones hicieron aunque con una contracción del 41%).
El principal rubro en contraerse dentro de las exportaciones ha sido el de los productos primarios que lo hicieron a un ritmo del 63%. Probablemente, el mayor causante sea la baja de precios, dado que exactamente hace un año atrás los precios de las materias primas alcanzaban máximos históricos.
Esto implicaría menos dólares que ingresan del exterior y por tanto, un potencial aumento en el precio del dólar si el banco central no interviniese.
Desde la perspectiva de las importaciones, vale la pena subrayar que la mayor caída se presentó en los bienes intermedios y de capital. Consideramos este último punto importante, dado que dicha contracción puede afectar los niveles de inversión y sus consecuencias sobre el producto de la economía mencionados en los primeros dos párrafos. Es importante señalar que nuevas restricciones a la importación de bienes de consumo, tales como electrodomésticos y televisores, podrían disparar sensiblemente el precio de los mismos.
En materia financiera, los anuncios por parte del gobierno reavivaron el interés por la deuda soberana. El anuncio de una posible reapertura de la deuda en cesación de pagos al igual que la intención de reanudar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional abarataron, en términos de interés, los valores de la deuda argentina.
En este sentido, un posible reingreso al mercado de deuda (esto es, emisión de nueva deuda) permitiría colocar nuevos bonos a tasas más favorables. Según nuestros análisis, esto tendría dos efectos inmediatos. Primero, permitiría al gobierno más libertad en el nivel de gasto (ver párrafo siguiente) y honrar los distintas exigencias de deudas. Segundo, permitiría un shock de confianza para recuperar las expectativas sobre una economía más próspera apoyada en mayores niveles de consumo. En el plano fiscal, el mes de julio cerró con un superávit del $766 millones. Esto significó cerca de $3.250 millones menos en comparación a julio del 2008. Este resultado se explica por un crecimiento mayor en el gasto (alrededor del 29%) en comparación a los ingresos (alrededor del 8%). Computando este dato, el superávit acumulado durante 2009 asciende a $7.938. Sin embargo, una vez calculado el pago de intereses, el saldo es deficitario e igual a $2.305 millones. En este sentido resulta importante el reingreso de la Argentina al mercado de capitales Caso contrario y con el fin de evitar un posible default, los fondos deberían provenir de una contracción importante del gasto que operaría en sentido contrario a la recuperación económica que ha comenzado a dar sus primeros pasos.
Comparado con años anteriores de sostenido crecimiento, esta situación pone en evidencia una menor cantidad de dinero en el bolsillo de los argentinos, afectando directamente el consumo y el empleo.
Detrás de los números globales, la explicación en el deterioro en la actividad radica mayormente en que la producción industrial se contrajo un 9,5% en el período comprendido entre julio del 2008 y julio del 2009. Sin embargo, estimamos una recuperación progresiva para fines de este año en base a una recuperación general de la economía mundial y un aumento en la demanda agregada por parte de la economía brasilera. En este sentido, recién para inicios de 2010, las expectativas de una economía en recuperación serán percibidas en las calles a través de mayores niveles de consumo.
La dinámica del comercio exterior y los números para julio nos permiten una fotografía más completa de la situación. Dada la dependencia argentina de las condiciones de los mercados externos, creemos que la evolución de las importaciones así como de las exportaciones juegan un factor clave a la hora de explicar el crecimiento.
El mes de julio cerró con un superávit comercial de USD 1.315 millones, un 30% más que en julio del 2008. La caída en el valor total de las exportaciones en la comparación interanual se contrajo (alrededor del 30%, las importaciones hicieron aunque con una contracción del 41%).
El principal rubro en contraerse dentro de las exportaciones ha sido el de los productos primarios que lo hicieron a un ritmo del 63%. Probablemente, el mayor causante sea la baja de precios, dado que exactamente hace un año atrás los precios de las materias primas alcanzaban máximos históricos.
Esto implicaría menos dólares que ingresan del exterior y por tanto, un potencial aumento en el precio del dólar si el banco central no interviniese.
Desde la perspectiva de las importaciones, vale la pena subrayar que la mayor caída se presentó en los bienes intermedios y de capital. Consideramos este último punto importante, dado que dicha contracción puede afectar los niveles de inversión y sus consecuencias sobre el producto de la economía mencionados en los primeros dos párrafos. Es importante señalar que nuevas restricciones a la importación de bienes de consumo, tales como electrodomésticos y televisores, podrían disparar sensiblemente el precio de los mismos.
En materia financiera, los anuncios por parte del gobierno reavivaron el interés por la deuda soberana. El anuncio de una posible reapertura de la deuda en cesación de pagos al igual que la intención de reanudar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional abarataron, en términos de interés, los valores de la deuda argentina.
En este sentido, un posible reingreso al mercado de deuda (esto es, emisión de nueva deuda) permitiría colocar nuevos bonos a tasas más favorables. Según nuestros análisis, esto tendría dos efectos inmediatos. Primero, permitiría al gobierno más libertad en el nivel de gasto (ver párrafo siguiente) y honrar los distintas exigencias de deudas. Segundo, permitiría un shock de confianza para recuperar las expectativas sobre una economía más próspera apoyada en mayores niveles de consumo. En el plano fiscal, el mes de julio cerró con un superávit del $766 millones. Esto significó cerca de $3.250 millones menos en comparación a julio del 2008. Este resultado se explica por un crecimiento mayor en el gasto (alrededor del 29%) en comparación a los ingresos (alrededor del 8%). Computando este dato, el superávit acumulado durante 2009 asciende a $7.938. Sin embargo, una vez calculado el pago de intereses, el saldo es deficitario e igual a $2.305 millones. En este sentido resulta importante el reingreso de la Argentina al mercado de capitales Caso contrario y con el fin de evitar un posible default, los fondos deberían provenir de una contracción importante del gasto que operaría en sentido contrario a la recuperación económica que ha comenzado a dar sus primeros pasos.