BLOG DE LA CONSULTORA

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Informe económico del mes de Septiembre pasado-Publicación Octubre..

La década del noventa, etapa fundacional en términos económicos por la adopción del modelo de Convertibilidad y su correlato sobre las importaciones, generó sensaciones dispares entre consumidores (que pagaban consumo de bienes y servicios baratos) y productores (que se vieron obligados a cesar actividades ya que eran incapaces de competir con productos más baratos y eficientes).

El bien importado fue in crescendo a lo largo de la década gracias a un dólar barato, que sólo se vio interrumpido el verano del 2002, momento en que el default de la deuda se combinó con la megadevaluación del peso haciendo a la tenencia de la moneda verde un bien meramente de lujo. Expulsados así a causa de un dólar caro, hacia mediados del 2003 el regreso se hizo inevitable con motivos de la recuperación económica general y la recomposición de riqueza por parte de la población. Desde ese momento hasta el 2007, las importaciones generales crecieron en términos anuales a un promedio constante del veinticinco por ciento.

A medida que la recuperación económica continuó a sus tasas del siete por ciento anual, la economía como sistema comenzó a manifestar contracciones físicas en sus variables fundamentales de empleo y el capital.


La menor disponibilidad de mano de obra y de capital instalado inició un proceso contractivo que encontró su válvula de escape en precios más altos. Es en ese preciso momento cuando la inflación supera holgadamente la barrera del diez por ciento para situarse en valores cercanos al veinte (valores que vivimos hoy en la actualidad) y las importaciones aceleran notoriamente sus tasas de crecimiento superando en todos los casos el veinticinco por ciento promedio de años pasados.

Vale mencionar que las importaciones sólo se vieron momentáneamente interrumpidas en parte durante el 2009 a causa de la contracción económica mundial que impactó en la Argentina. Sin embargo, el último dato en la comparación interanual arrojan que crecieron un sesenta y tres por ciento (agosto 2010 versus agosto 2009) ¿Por qué entonces ese salto tan pronunciado en las importaciones en el 2007 y de nuevo en el presente?

La teoría microeconómica aproxima razones. Si los precios internos de la economía (como salarios y costos de las materias primas) están en ascenso y el dólar se encuentra quieto, existen incentivos por parte de los productores a sustituir producción local con producción importada más barata ya sea que se importen bienes de capital (útiles para continuar con el proceso productivo del país) o bienes de consumo. Este fue el paradigma vivido durante gran parte de los noventa y que desde hace un tiempo, reaparece a causa de la realidad macroeconómica vigente. De ahí el intento concreto de la secretaria de Comercio de imponer restricciones a las cantidades importadas, esto es, imponer una restricción física dado que los precios actuales de la economía incentivan las importaciones.

El correlato del aumento en las importaciones y su impacto sobre el empleo no es deseable, ya que, en algunos casos, anula la posibilidad de la producción local y de creación de empleo. Es por esto que la manipulación del tipo de cambio suele ser un instrumento de política monetaria utilizado por los gobiernos para alterar la suerte del proceso importador. A igualdad de otros factores, una devaluación de la moneda (como la del 2002 y como la del 2008-2009) encarece los productos internacionales desincentivando las importaciones e incentivando la producción local entre otras cosas.
En la actualidad, con la inflación en valores cercanos al veinticinco por ciento y el tipo de cambio congelado, la idea de querer evitar el crecimiento en las importaciones parece incompatible con la macroeconomía existente. No por nada, las políticas públicas actuales (aumento de tarifas aduaneras, restricciones a la cantidad, etc.) buscan contener el aluvión de importaciones que acompañan a una economía creciendo al siete por ciento y que pueden generar ciertas consecuencias sobre algunos sectores productivos locales, sobre todo con las elecciones en vista.

El ritmo de crecimiento importador y las implicancias sociales pueden coincidir, además, con aquello que hemos descripto en el pasado como las consecuencias de la apreciación real (ver nuestro informe de Julio). Por lo tanto, el trinomio “importaciones - producción nacional - apreciación” puede ser un elemento político de vital importancia en relación a las elecciones del 2011. Sobre todo, no por lo que efectivamente ocurra, sino por la percepción que tenga la población sobre ello.

Así las cosas, las importaciones no son causa, sino consecuencia, del alto nivel inflacionario que sufre el país desde hace tres años. El precio del dólar acusa un valor no lo suficientemente alto como para contener las cantidades de bienes importados que ingresan a diario por aduana. Si la idea de devaluación se encuentra lejos de los planes oficiales, posiblemente porque hoy no tendría el efecto expansivo del pasado, el futuro en la evolución de las importaciones parece quedar atado al crecimiento real de la economía en su conjunto.